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El hierro es un elemento esencial para los seres humanos y se utiliza en muchos procesos industriales. Necesita ser controlado, ya que a elevadas concentraciones puede ser dañino. En el agua potable puede alterar el sabor significativamente, puede también manchar la ropa, dañar utensilios de cocina y favorecer el crecimiento de ciertas bacterias. También es un indicador de corrosión en sistemas de enfriamiento y calefacción del agua.
En el agua potable pueden encontrarse ciertos niveles de hierro disueltos y en el caso de altas concentraciones disueltas en agua potable podría ser fatal, pero lo normal es que la cantidad de hierro disuelto en agua potable se encuentre en niveles muy bajos, no llegando a ser peligroso.
La lluvia que se filtra a través del suelo, hace que el hierro se disuelva y se filtre en las aguas subterráneas, incluyendo pozos y acuíferos utilizados para abastecer de agua potable.
La concentración de hierro en los pozos y acuíferos es típicamente inferior a 0,3ppm. Concentraciones de hierro superiores a 0,3ppm, ya serían perceptibles para los seres humanos.
El hierro puede existir como iones ferroso (Fe2+) o férrico (Fe3+).
Los medidores de hierro determinan la concentración de hierro en agua mediante la conversión del estado ferroso (Fe2+)
El método utilizado es la adaptación del método USEPA 315B y método Estándar 3500-Fe B.
La reacción entre el hierro y el reactivo de fenantrolina origina una coloración anaranjada en la muestra. La intensidad del color de la solución determina la concentración del hierro.
