ALFALFA
Introducción:
La alfalfa es conocida desde la antigüedad como la reina de las plantas forrajeras. Las alfalfas cultivadas tienen su origen en dos especies con características definidas diferentes: [k]Medicago sativa [/k](común) y [k]Medicago falcata[/k] (amarilla).
[k]M. sativa [/k]procede de las altiplanicies de Irán y regiones cercanas, en donde se encuentran ecotipos muy semejantes que pudieron quedar aislados en las primeras etapas de su cultivo. Se trata de una zona templada de clima continental árido, con inviernos fríos, veranos secos y cálidos y suelos alcalinos con una capa freática profunda.
De su centro de origen en Persia, M. sativa fue llevada por las caravanas comerciales a numerosos puntos de Asia y Arabia. Las invasiones de los persas a Grecia fueron probablemente el vector de transmisión de la alfalfa a este país, del cual pasó a Italia en el siglo IV ó V.
No obstante, la difusión más significativa vino de la mano de las invasiones árabes a través del norte de Africa, llegando a España, desde donde se difundió a Europa.
[k]M. falcata[/k] fue traida a Europa por las invasiones bárbaras, donde se estableció en el Norte e hibridó de forma natural con [k]M. sativa[/k], obteniéndose de esta forma las alfalfas variegadas [k](Medicago media). [/k]Las variedades de alfalfa cultivadas en casi todo el mundo pertenecen a M. sativa y a M. media, a excepción de China, en donde aún se cultiva M. falcata.
Descripción general:
La alfalfa pertenece a la familia de las leguminosas y como tal tiene la capacidad de fijar el Nitrógeno atmosférico gracias a la relación simbiótica que se da a nivel radicular entre ella y una bacteria específica de este cultivo, el [k]Rhizobium meliloti.[/k]
Esta asociación se produce mediante la infección de las raíces por las bacterias presentes en el suelo ó sembradas junto con la semilla en el terreno. Cuando por alguna razón no existe R. meliloti en el suelo hay que incorporarlo, para lo cual el método más efectivo es la inoculación de la semilla en el momento de la siembra.
Aprovechamientos
La utilización de la alfalfa es muy amplia: en cultivo puro ó asociado, para aprovechamiento como forraje verde mediante siega ó pastoreo, conservado en forma de heno, ensilado ó desecado. Igualmente puede ser cultivada como planta industrial para la obtención de proteínas.
Importancia económica
En el año 2000 la superfície total española dedicada al cultivo de la alfalfa ascendía a 244,2 miles de Ha. En ese mismo año la producción total fue de 12630,4 miles de Tm.
Exigencia del cultivo
Temperatura
La temperatura óptima para el crecimiento de la alfalfa se encuentra entre 15 y 25ºC. durante el día y 10 y 20ºC. durante la noche. Las temperaturas superiores a 30ºC. reducen el crecimiento por aumento de la respiración de la planta, ya que la relación fotosíntesis/respiración es menor de 1.
Necesidades hídricas
La alfalfa presenta una característica de resistencia a la sequía gracias a la longitud y profundidad de sus raíces y a la capacidad de detener su crecimiento (letargo) cuando las condiciones del medio lo hacen necesario. En condiciones de secano soporta mejor que otras especies los períodos prolongados de sequía. Su coeficiente de transpiración es 800 l. de agua para crear 1 Kg. de materia seca.
No obstante, una cosa es resistencia como especie a períodos de déficit hídrico y otra producción de forraje, por tanto el riego es compañero importante en el cultivo de la alfalfa para alcanzar buenos rendimientos.
Suelo
Se desarrolla bien en suelos arcillosos de buena calidad y tierras negras andaluzas (Vertisoles), con una gran profundidad útil y buena capacidad de drenaje.
pH
No se desarrolla bien en suelos con p.H. inferior a 5,6 debido a las limitaciones que la acidez produce en la supervivencia y multiplicación del [k]Rhizobium meliloti [/k]específico.
Salinidad
Este cultivo presenta una tolerancia moderada a la salinidad. Cuando es pequeña es más sensible tanto a la salinidad del agua como a la del suelo.
Fases de desarrollo
Fase de germinación ó aparición de la plántula: Bien a partir de semilla ó por rebrote de la corona, en cualquier caso a expensas de las reservas acumuladas en la semilla ó raíz respectivamente.
Fase de crecimiento: Durante esta fase hay una intensa actividad fotosintética para el crecimiento de los tallos, raíces y hojas. La duración de esta fase depende de factores ambientales como temperatura, iluminación, duración del día, humedad, etc.
Fase de floración: Supone el inicio de la etapa de reproducción. Se inicia con la diferenciación de los botones florales y finaliza con la floración. En esta etapa la planta alcanza sus máximas reservas en la raíz, no obstante llega un momento en que la superficie foliar deja de aumentar, los tejidos son menos eficientes en la función fotosintética y las reservas de la planta comienzan a disminuir debido a las necesidades de reproducción.
La alfalfa se clasifica como planta de día largo con relación a la iniciación de la floración. Aunque no se ha comprobado respuesta a la vernalización como en las gramíneas, ni en estado de planta ni de semilla, hay que decir que la existencia de períodos fríos favorece la aparición de primordios florales. Por el contrario las temperaturas elevadas ejercen un efecto inhibitorio sobre la floración.
Fase de fructificación: Comienza con la fecundación y finaliza con la maduración de la semilla.
En el aprovechamiento normal de una alfalfa mediante siega ó pastoreo, la eliminación de la parte aérea de la planta desencadena el brote de las yemas y la iniciación de un nuevo ciclo de producción. El momento óptimo para el aprovechamiento de la alfalfa, según lo expuesto anteriormente, corresponde a la tercera fase, en un período entre la aparición de botones florales y la floración. Por tanto se recomienda segar la alfalfa al comienzo de la floración, con un 10% de las plantas en flor y con las yemas de la corona bien diferenciadas.
Después de un corte se producen en la alfalfa varios hechos a tener en cuenta:
· Desaparición de los órganos de asimilación de la planta.
· Reducción de la capacidad de absorción de nutrientes.
· Disminuye la fijación de nitrógeno en los nódulos.
Cuando el intervalo entre corte y corte es muy corto presenta ciertas ventajas la siega un poco alta, ya que de esta forma queda un área foliar que gracias a su capacidad de asimilación ayuda a acelerar el rebrote.
Fuente:;
https://www.agroninformacion.com
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